CARTA ABIERTA DE UN HIJO ADOPTIVO DE BALER

 

En 1521 llegó al archipiélago filipino Fernando de Magallanes, portugués al servicio de España, quien fue muerto en la Isla de Mactán por el Jefe Lapu y sus hombres. La colonización española de las islas (que eran codiciadas también por ingleses, holandeses y portugueses), no se aseguró hasta 1566, cuando Miguel López de Legazpi, enviado por el Virrey de Nueva España construye el primer asentamiento español en Cebú. La Ciudad de Manila, capital del archipiélago, se funda por el propio Legazpi en 1571.

Con la llegada de los españoles a Filipinas, se consiguió unificar en aquel entonces un archipiélago habitado por etnias diversas y desde luego, esa colonización trajo elementos de la civilización europea como la rueda, el arado y una red de infraestructuras como puertos, puentes y caminos, que contribuyó al florecimiento del comercio insular e internacional.

Se dice que "Jesucristo llamó a todas las puertas de Asia" y solo Filipinas abrió su corazón al cristianismo, religión que actualmente se mantiene en la mayoría de la población de ese archipiélago.

Indudablemente los misioneros españoles llevaron la fe católica a Filipinas, y contribuyeron decisivamente a la educación cristiana en las islas, fundando numerosos colegios y universidades y entre ellas, la Universidad de Santo Tomás en 1611 fundada por los frailes dominicos o la Universidad de San Carlos, fundada por los jesuitas en 1595.

En 1863 se estableció un sistema de educación pública gratuita, que contribuyó a formar una clase de intelectuales criollos, mestizos y nativos llamados los "ilustrados", quienes pocos años después participarían activamente en la revolución independentista que surgió a finales del siglo XIX.

Fue en el año 1899, cuando 57 soldados españoles liderados por el capitán Enrique de las Morenas y Fossí, y más tarde por el teniente Saturnino Martín Cerezo y por el teniente médico Rogelio Vigil de Quiñones y Alfaro, se refugiaron en la iglesia de Baler, un hecho histórico que marcó el final de la guerra de liberación filipina, conocido como "el asedio de Baler".

Los soldados y sus oficiales al mando, ocuparon la iglesia el 27 de Junio de 1898, siendo absolutos desconocedores de que la independencia de Filipinas se había proclamado quince días antes.

Muchos fueron los esfuerzos para convencerles de que la independencia de Filipinas ya había sido declarada, y que oficialmente la guerra había finalizado, pero todos los intentos resultaron infructuosos y allí permanecieron 337 días, sobreviviendo al final sólo 33 soldados a la miseria, al hambre, la enfermedad y la muerte.

Desde luego, estamos ante unas de las páginas más gloriosas de la historia de España y de Filipinas, de la que me siento especialmente orgulloso como nieto descendiente del médico D. Rogelio Vigil de Quiñones y Alfaro uno de los héroes de Baler, ciudad que se encuentra a 270 km al noroeste de Manila

El pueblo filipino quedó perplejo del heroísmo de ese puñado de españoles, que hasta el último día defendieron la enseña nacional hasta que el 2 de Junio de 1899, la puerta maciza de la iglesia se abrió, la trompeta de la rendición sonó y los filipinos que asediaban la iglesia gritaron "amigos, amigos", mientras en marcha militar y desvalidos salían del interior de la iglesia. Es indudable que fue un claro gesto de reconciliación entre dos países enfrentados en una larga y amarga batalla, pero la amistad continúa después de más de cien años, existiendo unas magníficas relaciones entre el Reino de España y la República de Filipinas.

Hasta el propio Presidente Filipino, Emilio Aguinaldo, emitió un Decreto Presidencial, resaltando las cualidades humanas y militares, permitiéndoles un salvoconducto y nombrándoles amigos de los filipinos. Es la primera vez en la historia, en la que un país "invasor", sale con honores de amigos.

El 10 de Diciembre de 1898, se firmaba en París el Tratado por el que España vendía a Estados Unidos de América por 20 millones de dólares el archipiélago filipino. Desde entonces la antigua metrópolis cede su destino a EEUU que entonces empezaba a mostrarse como la gran potencia mundial que sigue siendo en la actualidad.

Pese a ello, en la mayoría de las escuelas públicas y privadas de Filipinas se estudiaba la Historia de España, el castellano y seguía estando muy presente en la educación la cultura española, hoy ciertamente desvanecida, predominando el inglés, junto con las otras lenguas oficiales, entre ellas el tagalo, pero el castellano sigue estando muy presente en las familias filipinas.

La Constitución que entonces se promulgó (Constitución de Malolos), estaba escrita en castellano, y establecía el idioma español como lengua oficial y unificadora de la nueva República de Filipinas.

Nuestro ordenamiento jurídico, también ha estado vigente en estos últimos años, y no podemos olvidarnos de la influencia que todavía se mantiene sobre nuestro Código Civil en los debates judiciales en dicha República.

Si nos adentramos, en sus tierras y archipiélagos, nos encontramos con pueblos y ciudades, que nos hacen pensar que estuviéramos en nuestra tierra, así mencionamos las ciudades y pueblos tales como Algeciras, Cádiz, La Carlota, La Unión, Lucena, Nueva écija, Nueva Vizcaya Nueva Carmona, Jaén, Getafe, y otras muchas.

Un número importante de su población, siguen llevando apellidos españoles y como botón de muestra, el anterior Embajador de Filipinas en España era D. Bernardo Medina, su mujer Conchita Sevilla, la actual Cónsul General en España Doña Celia Feria, la mujer del anterior Cónsul General llamada Macarena Andaluz, la actual Embajadora de Filipinas en Francia, Portugal y Mónaco lleva como primer apellido Navarro y la Cónsul del mismo país, se llama María ángela Ponce, lo que demuestra, que la influencia española se encuentra por cualquier rincón de ese archipiélago que lleva por nombre el recuerdo de un anterior Rey de España.

Después de largos años de cierto distanciamiento entre ambos países, el Senador D. Edgardo Javier Angara elaboró y propuso al Senado de Filipinas el Proyecto de Ley que dicta que el 30 de Junio es un día para recordar y celebrar la historia compartida y la amistad entre ambas naciones, España y Filipinas.

Desde entonces y tras el Centenario de este hecho histórico, se han llevado a cabo importantes encuentros celebrados en ambos países últimamente culminados, con la visita a España de la Excma. Sra. Presidenta de la República de Filipinas, Doña Gloria Macapagal Arroyo. Por parte española destacó la presencia en el pueblo de Baler del entonces Ministro de Defensa, José Bono en la celebración del año cultural de Filipinas-España y la participación en un sinfín de actos, que tienen como único objetivo dejar patente la amistad duradera entre ambos países.

En este año, se celebrará en el pueblo de Baler, la conmemoración de los cuatrocientos años de la construcción de la iglesia de Baler y en donde acudirán miembros del gobierno filipino y de nuestro país para seguir recordando la amistad duradera entre ambos pueblos.

En los últimos cinco años, fruto de la intensa labor del Senador D. Egdardo Javier Angara, quien ha contado con el respaldo y apoyo del Gobierno de la Nación presidido por Doña Gloria Macapagal Arroyo, hemos asistido a un florecimiento de las relaciones entre Filipinas y España, porque nunca podemos olvidar que España gobernó las islas durante casi 350 años y la cultura de este país, (independientemente de la influencia americana), es netamente hispana, como no puede ser de otra manera.

España se está convirtiendo en un país puntero, en una potencia exportadora e inversora hasta el punto, de haber desbancado a los EEUU como primer inversor en Hispano América y Brasil, así como llegar a convertirse en un gran inversor en los propios EEUU.

Ahora se está abriendo, un nuevo camino extramuros del eje EEUU-Europa y se dirige hacia Asia, ese gran Continente lejano y, claro está que por raíces culturales comunes, Filipinas ya está siendo un destino concreto de las multinacionales españolas. De hecho, ya se han firmado algunos acuerdos comerciales entre Madrid y Manila y con muchas Comunidades Autónomas para facilitar el desembarco de las empresas españolas en el archipiélago y mucho más, tras la reciente visita de la Excma. Presidenta de la República de Filipinas a España, quien fue cumplimentada por el Rey de España y su Gobierno.

Ante tales iniciativas inversoras reales, y tantos vínculos culturales directos, el Gobierno de Filipinas y el Ministerio de Cultura de España, están diseñando un plan serio y eficaz de reactivar nuevas políticas lingüsticas y que el castellano de nuevo sea un vehículo eficaz de comunicación entre ambos países y precisamente, el Instituto Cervantes de Manila y otras Instituciones están jugando un importante papel en la recuperación del castellano en ese país asiático, contando con miles de alumnos que año tras año se interesan por nuestro idioma y por nuestra cultura.

El Gobierno de España, últimamente está apostando con valentía y decisión por una mayor integración de Filipinas en su ámbito de países hermanos, invitándola a formar parte de la Cumbre de las Américas que se celebra cada año en alguna capital del mundo hispano, abriendo nuevas sedes del Instituto Cervantes en las capitales principales de Filipinas y todo ello ha tenido como resultado el que las empresas españolas estén reclamando directivos para su entrada en el archipiélago, solicitando candidatos bilingües ingles-español, para su relación del día a día con la empresa matriz.

Si estas políticas se llevan a cabo, que me consta se están llevando y conseguimos restaurar el español como lengua oficial, Filipinas y España poco a poco irán recuperando su común historia, sin que sea obstáculo que cada Estado mantenga su personalidad y propia conciencia de unidad nacional de cada país.

En cuanto a las relaciones políticas, culturales y de cooperación al desarrollo entre Filipinas y España, éstas se mantienen en un buen nivel.

Las económicas deben incrementarse y desde luego, España puede jugar un rol de liderazgo en el plano de inversiones, ya que año tras año la cifra de negocios entre ambos países van aumentando. Las exportaciones españolas a Filipinas en el año 2008, se incrementaron un 14%, hasta alcanzar los 136 millones de euros, según apuntó el Consejero Económico y Comercial en Manila, D. Javier álvarez.

Por su parte, las importaciones de productos filipinos también crecieron un 6% en 2008, hasta alcanzar los 253 millones de euros, según cifras oficiales.

La subida de precios de los productos españoles con el euro, quizás ha sido una de las razones que han contribuido a que la balanza comercial entre ambos países sea negativa para España.

Las oportunidades que ofrece este archipiélago poblado por casi 90 millones de habitantes, y cuya economía creció un 4,6% en 2008, son inmejorables y si a ello añadimos la industria turística que está infraexplotada, las posibilidades del sector energético; petrolero y las infraestructuras, pueden suponer importantes oportunidades de inversión para el capital español.

A todos estos factores hay que unir, las sólidas relaciones multilaterales que mantiene este país con organismos internacionales relevantes en materia económica y comercial, debiendo mencionar el Banco Asiático de Desarrollo, que desde el año 2004 es el principal inversor en Filipinas y Manila la Sede de la Institución.

También existen importantes relaciones con la Comisión Europea. Así la política de cooperación de la Unión Europea en Filipinas, se canaliza a través de la Comisión y se regula en la Estrategia "EC-Philippines Paper 2007-2013". La Estrategia para 2007-2013 la Comisión prevé la donación de 130 millones de euros para servicios sociales básicos, asistencias técnicas comerciales y otras áreas.

Debemos destacar igualmente el Grupo del Banco Mundial, que es la segunda Institución multilateral prestamista en Filipinas y en donde se integran el Banco Mundial, la Corporación Financiera Internacional y el Organismo Multilateral para la Garantía de las Inversiones y en donde últimamente, se están diseñando nuevas estrategias para el 2010-2012.

En definitiva, grandes posibilidades se abren para ambos países para intensificar sus relaciones comerciales, ambos gobiernos están interesados en esas iniciativas empresariales, gobiernos que gozan de una clara estabilidad política; sus ordenamientos jurídicos y leyes no cesan en promulgar iniciativas legislativas que intensifiquen esas relaciones; los lazos históricos (indudables) entre España y Filipinas; el hecho de que Manila sea la Sede del Banco Asiático de Desarrollo; la utilización de Filipinas como plataforma o puerta de entrada en el mercado asiático a través del ASEAN (Asociación de Naciones del Sudeste Asiático), que representa a una población de más de 570 millones y desde luego, estos son factores decisivos para que ambos países profundicen en sus relaciones comerciales.


José Ignacio Bidón y Vigil de Quiñones
Cónsul General Honorario de Filipinas